lunes, 16 de abril de 2012

Soñando mi "yo" futuro.

5 a.m: Suena mi canción favorita en la almohada… la luz del día aún no entra por la ventana, me desperezo y digo “luz”, automáticamente las luces de mi habitación se encienden. Me dirijo hacia el espejo del armario… no sé que ponerme hoy así que activo la función “qué me pongo” de mi espejo interactivo, de inmediato surgen ante mí las imágenes de mi ropa. 
Selecciono unos vaqueros, unas botas y una camisa, en el reflejo de mi imagen en el espejo aparecen sobre mí, como si los llevase puestos… Uhmm, no me convence, cambio la camisa por una camiseta. ¡Ahora sí! Selecciono la opción “vestir”… poco a poco se activa el mecanismo del armario y me hace entrega de la ropa seleccionada. Me visto y aseo deprisa, bajo a desayunar, no sin antes ponerme mis gafas de realidad aumentada. 




5:30 a.m: El desayuno está listo… desde hace algunos años venden unos packs de desayuno por internet, te envían la compra a casa y sólo tienes que meterlos en la cocina, es muy práctico cuando no tienes tiempo ni para respirar, como yo. A través de las gafas de realidad aumentada veo la previsión del tiempo y escucho las noticias… Activo por voz “hoy no tengo tiempo para nadie” en Facebook, miro mi Tablet con el gráfico de la reunión de hoy y digo “fotografía Facebook”. Automáticamente mi estado en la red social se asocia a la fotografía… ¡Todo esto a través de unas gafas!!! ¡Quién me lo diría a mí treinta años antes! Termino mi tostada y salgo a la calle. 




7:00 a.m: Llego al trabajo puntual, los nuevos medios de transporte permiten mayor movilidad, ya no permiten coger el coche dentro de Madrid, así que ya no hay atascos, todo el mundo usa el metro y el tranvía o tren ligero que va por la superficie. Lo único malo es el precio del transporte… pero esto siempre ha sido así. A través de mis gafas de realidad aumentada leo los periódicos y el estado del tiempo en mi ciudad. 


 17:00 p.m: Termina la jornada, aún tengo que hacer algunas compras, así que selecciono 10 artículos de mis habituales dentro de la página del “súper” a través de mis gafas de realidad aumentada, digo “llevar a casa a las 20:00 p.m”. 

 17:30 p.m: Mi marido me espera en la puerta del trabajo con unos amigos, paseamos hasta llegar a un bar donde solemos reunirnos al finalizar el día. Ya en el bar nos situamos cada uno en la cabina individual que le corresponde y activamos la función “tiempo libre” de nuestras gafas de realidad aumentada. Digo “mojito” y automáticamente en mi cabina frente a mí aparece la bebida. Se activan las pantallas habituales de ocio asignadas a mi identidad: canales de vídeo, entretenimiento, etc., que comparto con mis amigos. 

 18:30 p.m: Mientras disfrutamos de nuestras bebidas alguien irrumpe en el bar portando un cilindro en la mano, de repente todas las cabinas se apagan y mis gafas dejan de funcionar. Alguien activa una alarma y en un instante el individuo es rodeado por cinco agentes que le apuntan con sus armas láser, le esposan y salen inmediatamente de allí. 

 18:45 p.m: Después de este percance pensamos en volver a casa. Cogemos de nuevo el metro que nos lleva a la puerta de casa a través de un túnel personal. Preparamos algo de cena, activando la opción “qué como” de nuestra cocina… sin abrir la nevera vemos que hay de cena y en cinco minutos lo tenemos preparado y sobre la mesa. 

 19:30 p.m: Nos vamos a la cama y a través de nuestras gafas de realidad aumentada vemos algunos capítulos de series on-line, comentamos lo que nos ha parecido y lo publicamos en las redes. 

 20:45 p.m: Activamos la opción de voz “dormir”, automáticamente la cerradura de la casa se cierra, se bajan las persianas y se activa el termostato para la noche. 

Mañana será otro día.

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