Cibercultura.Isabel Morilla Lanz
jueves, 19 de abril de 2012
lunes, 16 de abril de 2012
Soñando mi "yo" futuro.
5 a.m: Suena mi canción favorita en la almohada… la luz del día aún no entra por la ventana, me desperezo y digo “luz”, automáticamente las luces de mi habitación se encienden. Me dirijo hacia el espejo del armario… no sé que ponerme hoy así que activo la función “qué me pongo” de mi espejo interactivo, de inmediato surgen ante mí las imágenes de mi ropa.
Selecciono unos vaqueros, unas botas y una camisa, en el reflejo de mi imagen en el espejo aparecen sobre mí, como si los llevase puestos… Uhmm, no me convence, cambio la camisa por una camiseta. ¡Ahora sí! Selecciono la opción “vestir”… poco a poco se activa el mecanismo del armario y me hace entrega de la ropa seleccionada. Me visto y aseo deprisa, bajo a desayunar, no sin antes ponerme mis gafas de realidad aumentada.
5:30 a.m: El desayuno está listo… desde hace algunos años venden unos packs de desayuno por internet, te envían la compra a casa y sólo tienes que meterlos en la cocina, es muy práctico cuando no tienes tiempo ni para respirar, como yo. A través de las gafas de realidad aumentada veo la previsión del tiempo y escucho las noticias… Activo por voz “hoy no tengo tiempo para nadie” en Facebook, miro mi Tablet con el gráfico de la reunión de hoy y digo “fotografía Facebook”. Automáticamente mi estado en la red social se asocia a la fotografía… ¡Todo esto a través de unas gafas!!! ¡Quién me lo diría a mí treinta años antes! Termino mi tostada y salgo a la calle.
7:00 a.m: Llego al trabajo puntual, los nuevos medios de transporte permiten mayor movilidad, ya no permiten coger el coche dentro de Madrid, así que ya no hay atascos, todo el mundo usa el metro y el tranvía o tren ligero que va por la superficie. Lo único malo es el precio del transporte… pero esto siempre ha sido así. A través de mis gafas de realidad aumentada leo los periódicos y el estado del tiempo en mi ciudad.
Selecciono unos vaqueros, unas botas y una camisa, en el reflejo de mi imagen en el espejo aparecen sobre mí, como si los llevase puestos… Uhmm, no me convence, cambio la camisa por una camiseta. ¡Ahora sí! Selecciono la opción “vestir”… poco a poco se activa el mecanismo del armario y me hace entrega de la ropa seleccionada. Me visto y aseo deprisa, bajo a desayunar, no sin antes ponerme mis gafas de realidad aumentada.
5:30 a.m: El desayuno está listo… desde hace algunos años venden unos packs de desayuno por internet, te envían la compra a casa y sólo tienes que meterlos en la cocina, es muy práctico cuando no tienes tiempo ni para respirar, como yo. A través de las gafas de realidad aumentada veo la previsión del tiempo y escucho las noticias… Activo por voz “hoy no tengo tiempo para nadie” en Facebook, miro mi Tablet con el gráfico de la reunión de hoy y digo “fotografía Facebook”. Automáticamente mi estado en la red social se asocia a la fotografía… ¡Todo esto a través de unas gafas!!! ¡Quién me lo diría a mí treinta años antes! Termino mi tostada y salgo a la calle.
7:00 a.m: Llego al trabajo puntual, los nuevos medios de transporte permiten mayor movilidad, ya no permiten coger el coche dentro de Madrid, así que ya no hay atascos, todo el mundo usa el metro y el tranvía o tren ligero que va por la superficie. Lo único malo es el precio del transporte… pero esto siempre ha sido así. A través de mis gafas de realidad aumentada leo los periódicos y el estado del tiempo en mi ciudad.
17:00 p.m: Termina la jornada, aún tengo que hacer algunas compras, así que selecciono 10 artículos de mis habituales dentro de la página del “súper” a través de mis gafas de realidad aumentada, digo “llevar a casa a las 20:00 p.m”.
17:30 p.m: Mi marido me espera en la puerta del trabajo con unos amigos, paseamos hasta llegar a un bar donde solemos reunirnos al finalizar el día. Ya en el bar nos situamos cada uno en la cabina individual que le corresponde y activamos la función “tiempo libre” de nuestras gafas de realidad aumentada. Digo “mojito” y automáticamente en mi cabina frente a mí aparece la bebida. Se activan las pantallas habituales de ocio asignadas a mi identidad: canales de vídeo, entretenimiento, etc., que comparto con mis amigos.
18:30 p.m: Mientras disfrutamos de nuestras bebidas alguien irrumpe en el bar portando un cilindro en la mano, de repente todas las cabinas se apagan y mis gafas dejan de funcionar. Alguien activa una alarma y en un instante el individuo es rodeado por cinco agentes que le apuntan con sus armas láser, le esposan y salen inmediatamente de allí.
18:45 p.m: Después de este percance pensamos en volver a casa. Cogemos de nuevo el metro que nos lleva a la puerta de casa a través de un túnel personal. Preparamos algo de cena, activando la opción “qué como” de nuestra cocina… sin abrir la nevera vemos que hay de cena y en cinco minutos lo tenemos preparado y sobre la mesa.
19:30 p.m: Nos vamos a la cama y a través de nuestras gafas de realidad aumentada vemos algunos capítulos de series on-line, comentamos lo que nos ha parecido y lo publicamos en las redes.
20:45 p.m: Activamos la opción de voz “dormir”, automáticamente la cerradura de la casa se cierra, se bajan las persianas y se activa el termostato para la noche.
Mañana será otro día.
viernes, 13 de abril de 2012
3 instantes...
A través de la imagen...
Para mí este es uno de
los aspectos más relevantes de la sociedad de la información, y es que ahora
mismo si cualquier persona se propone aprender cualquier tipo de materia es
posible hacerlo a través de internet. Toda la información está al alcance de nuestra
mano, si sabemos cómo manejarla.
Es
por ello que existe una necesidad, como ya expliqué en el post anterior de que
el método de enseñanza-aprendizaje varíe, así como los contenidos que en el
mundo educativo se consideran relevantes. Actualmente, las nuevas tecnologías a
penas aparecen citadas en los Currículos de Enseñanza, al menos, en España.
Es
necesario también resaltar la figura, el peso y poder de la imagen en la
enseñanza, y es que los medios son más visuales e interactivos cada día. Esto implica un gran cambio a la hora de
procesar la información. Cuando nos enfrentamos al mundo, a la información
tuvimos que hacer un gran esfuerzo por crear un código para comunicarnos, este
fue el código oral y el escrito. A lo largo de los años hemos acumulado
sabiduría en libros, que había que leer y releer para aprender o memorizar
datos. En la actualidad ya no es necesario (o por lo menos, no siempre). Éste
hecho, requiere de un gran esfuerzo por parte del ser humano, de comprensión y
de constancia.
Es
por ello, que los actuales medios resultan tan atractivos, pues son fáciles y
accesibles a casi todo tipo de gente. Todo el mundo tiene acceso a la
información de manera mucho más visual e interactiva que a través de un libro,
lo que por otra parte, esta beneficiando el aprendizaje significativo.
Por
otro lado los nuevos medios han traído consigo nuevas formas de transmitir la
información y llevarla con nosotros a cualquier parte. Millones de datos a los
que podemos tener acceso en un solo “click”, lo que ha supuesto un nuevo
paradigma entre lo nuevo y lo antiguo y su pervivencia en el tiempo y el
espacio. La prensa escrita, el libro impreso, los cd’s de música ya no son los
únicos contenedores de la información sino que han sido sustituidos en parte
por otros medios que suplen y dan algunas ventajas a los consumidores. Ventajas
como el almacenamiento de la información en menor espacio, la movilidad en el
espacio, la interactividad con los mismos, la capacidad de compartir dicha
información, así como la accesibilidad, antes citada, son las grandes ventajas
de estos nuevos medios.
Inconvenientes
encontramos también, la que quizás más me preocupe sea el hecho de que los
sistemas fallen y no se pueda tener acceso a la información.
Por
ejemplo, recientemente adquirí un libro electrónico, para llevarlo en el metro
y así evitar llevar un pesado libro de quinientas páginas… Sin embargo, en
alguna ocasión este mismo libro electrónico se bloqueó y no pude acceder a mi
lectura cotidiana, impidiendo que pudiera acceder a la información allí
contenida.
Este
hecho me hizo plantearme numerosas preguntas a cerca de la obsolescencia
programada de algunos aparatos, por lo que estamos sometidos a consumirlos cada
vez con mayor frecuencia, no sólo por mayor rendimiento, sino por la propia
longevidad de los aparatos.
Un
libro no falla, en él está contenida parte de la sabiduría de la humanidad… Es
cierto que podemos perderlo o dañarlo. Toda tecnología tiene su talón de
Aquiles. Pero en pervivencia, prefiero
el papel a cualquier otro tipo de tecnología.
He elegido esta
fotografía por que representa a la perfección la movilidad de la información y
la actual tendencia de convertir nuestras ciudades en “ciudades inteligentes”,
y es que las posibilidades son numerosas y, a mí parecer, muy beneficiosas.
A
través de la geolocalización podemos saber en qué punto de una ciudad nos
encontramos y establecer una ruta, hacia dónde nos puede llevar determinado
medio de transporte, e incluso obtener información a cerca de los comercios y
servicios más cercanos al punto donde nos encontramos, etc.
Estas
prestaciones resultan de lo más útil en personas con diversidad funcional o con
alguna enfermedad adquirida, pues cada día nacen nuevas aplicaciones que pueden
hacernos la vida más cómoda.
Ejemplos:
El sistema LAP permite
conocer la posición de una persona con alzheimer o un dispositivo
para que las personas ciegas puedan desenvolverse en un entorno urbano con
mayor facilidad. Utiliza procesamiento de imágenes y mapeo acústico para
indicarle al usuario los obstáculos que se pueden encontrar en su camino. Entre otros muchos que están siendo puestos en
práctica en la actualidad.
Otro
de los factores que me parecen más relevantes es el uso de las redes sociales.
Hay diversas maneras de relacionarse con las redes sociales, pero cada vez más
a menudo se registran patologías relacionadas con las mismas. Hay quienes
desarrollan una gran adicción a este medio y una constante necesidad de estar
localizados o localizables para cierta gente.
La
forma en cómo nos relacionamos con estas redes determinan nuestro grado de
actuación e interactuación con las mismas; hay quienes las utilizan de
escaparate de uno mismo, otros simplemente como medio de comunicación con la
gente que tienen más lejana o inaccesible, otros la utilizan para difundir sus
ideas e impresiones, para influir en los demás, para difundir información o
simplemente como entretenimiento.
Este
último concepto me llama mucho la atención, pues pienso que hemos aprendido a
estar constantemente activos, en el
trabajo, en la escuela, de camino a casa y en nuestro tiempo libre estamos constantemente
conectados, viendo lo que hacen los demás y expresando nuestras inquietudes,
difundiendo nuestras fotografías o poniendo a merced de los demás nuestros
gustos o aficiones.
Nos gusta estar
entretenidos, antes era con la televisión y con la radio, ahora tenemos un
medio más completo, que nos permite jugar, hablar con mis amigos mientras se
escucha la radio por internet o se ve alguna serie en streaming. Y luego… Lo comparto, lo posteo, lo tuiteo…
Por
último, he elegido esta imagen de una pizarra en la que se leen todos los
ámbitos a los que afectan los nuevos medios, y en concreto internet: lo social
(nuestra manera de relacionarnos con el mundo), los negocios (las nuevas formas
de negocio, la crisis en ciertos sectores devenida de la proliferación de
internet y sus usos, etc.), la red (como una red de conocimiento que crece
inconmensurablemente y en la que todos somos partícipes), media (internet como un espacio multimedia
que engloba todos los medios), la
búsqueda (como medio para encontrar la información relevante y veraz), la
innovación (constante que cada día nos propone nuevas vías, nuevos medios,
nuevas oportunidades, etc.), los sitios web (que nos ofrecen una gran
diversidad de contenidos, aplicaciones y actividades) y por último, el
marketing (gestión de contenidos, de las relaciones públicas, el servicio al
cliente y las ventas, utilizando los nuevos medios de posicionamiento web y
estrategias de SEO y SEM, y cambiando el concepto de anuncio, a través de
ofrecer al usuario una solución a sus necesidades).
En mi opinión esta imagen resume muy bien lo que en
la actualidad significa internet, un medio globalizado para la sociedad de la
información y la comunicación.martes, 20 de marzo de 2012
Concepto de Cibercultura
Por cibercultura entendemos la cultura emergente a raíz
del uso de la computación para la comunicación, el aprendizaje y el
entretenimiento, amén del aprovechamiento que realizan algunas empresas para el
uso de las tecnologías como medio para acercar sus productos a los
consumidores.
Esta cultura nace de la aplicación de las tecnologías de
la información y la comunicación a nuestra vida cotidiana y como ésta presenta
ventajas y desventajas a los ciudadanos.
Así, se ha generado una revolución a la hora de acceder,
apropiarse y transmitir la información, lo que está suscitando cambios
sociales, políticos y económicos que nos afectan a todos.
Según Derrick de
Kerckhove, es desde el computador donde se ha
configurado un lenguaje universal: el digital.
La cibercultura se puede apreciar desde tres puntos de
vista:
a) Interactividad, que es la relación entre la persona y el entorno digital definido por el hardware
que los conecta a los dos;
b) Hipertextualidad: que es el acceso interactivo a cualquier cosa desde cualquier parte. Es una nueva condición de
almacenamiento y entrega de contenidos; y
La cibercultura no puede ser entendida sin las
interacciones humanas mediadas por una red de computadores; actividades,
juegos, lugares, metáforas, etc., a través de blogs, juegos, tv interactiva,
wikis, comercio electrónico, redes sociales, etc.
Revive pues la idea de “aldea global” ideada por Marshall Mac
Luhan;
definiendo una nueva forma de entender la realidad y el mundo, la sociedad y la
economía global funcionan como una unidad, a tiempo real.
Una de las ideas que trasciende y que más me fascina es la consumación de
la existencia de un inconsciente colectivo, como una identidad que trasciende a
cualquier cultura y a través de la cual nace la creación de conocimiento
compartido, el aprendizaje colaborativo, pues la red se está convirtiendo en un
repositorio de la sabiduría humana, aunque también esto presenta unos riesgos
que hay que tener en cuenta, como son la poca eficacia a la hora de organizar
la información y acceder a ella. Como todos nosotros nos hemos convertido en
prosumidores, es decir consumidores que a su vez producen información, existe
lo que llamamos “infoxicación”, que no es más que el hecho de tener acceso a demasiada
información que es difícil identificar como veraz y que cada día se multiplica
de manera exponencial. Estos dos factores, la falta de organización de la
información y la infoxicación, están haciendo que cada vez más suframos de la
llamada “hiperactividad inproductiva”, en la que en la búsqueda de información
nos perdemos en las redes de internet, intentando encontrar la información más
relevante.
Pero no sólo están surgiendo estos problemas a cerca de la información, hay
muchos más… recientemente con la desaparición de los archivos compartidos de
Megaupload lo hemos sufrido de primera mano, y es que mucha información está
quedando obsoleta, o bien, porque las cosas ya no funcionan de la misma manera
o bien porque la información o archivo que buscas ya no está alojado en ciertos
servidores. Así, cada vez más a menudo, nos vemos inmersos en callejones sin
salida en los que la información, antes válida, no es corregida o eliminada.
Todos estos factores nos hacen a veces encontrarnos ante el caos de la red, un
estado de entropía y desorden.
No obstante, no todo es negativo, actualmente, a través de las redes se
influye en la economía y en la política de manera más directa que en cualquier
otro tiempo anterior; la primavera árabe y el movimiento del 15M es muestra de
ello.
La información se expande como un virus, las noticias llegan con mayor
rapidez. Gracias a la tecnología cualquiera puede grabar un vídeo a cerca de lo
que sucedió en Japón en 2011 con el tsunami. Prueba de la rapidez con que se
expande la tecnología es el hecho de que existan noticias muy similares
separadas por el tiempo y que han sido tratadas y vistas por el mundo de manera
distinta, como el tsunami en Sumatra en 2004, del que no tenemos a penas
imágenes, etc.
Sin duda, la red está trayendo consigo numerosos fenómenos, que atañen al ser humano y en concreto a la
psicología a la personalidad. A mí entender existen varias maneras de enfrentarse
a las redes, una es siendo tú mismo (o digamos más bien, lo que quisieras
mostrar de ti mismo) en redes sociales, en blogs, etc., donde resaltamos a
menudo los valores positivos de nuestra persona, y en donde nuestra intimidad y
reputación en la red están en juego, por ello hemos de ser muy cuidadosos; esta
forma de relacionarse en internet tiene que ver más con el concepto
individualista de la sociedad occidental. Mientras que existe otra manera de
relacionarse con la red, mucho más difusa, en la que tomamos una identidad
inventada, bajo la cual actuamos con mayor impunidad, a mi entender esto
tendría más que ver con un concepto de sociedades más grupales, donde las
responsabilidades quedan diluidas y donde el individuo no es responsable de los
actos que comete.
Otros “trastornos” que actualmente se están produciendo son: la
personalidad disociativa, la necesidad de estar conectados constantemente, la
necesidad de saber, de conocer todo, etc.
Es por esta razón que estoy de acuerdo con el antropólogo Arturo Escobar,
cuando en su artículo Bienvenidos a Cyberia, describe desde el punto de
vista de la antropología, los desafíos que la cibercultura exige para los
nuevos desarrollos teóricos en las ciencias sociales y en especial en la
antropología.
Otro punto importante a tratar es el de los derechos de autoría y las
libertades de las personas: Según Lèvy (1998), la
cibercultura es el universal sin totalidad. El ciberespacio no genera una
cultura de lo universal porque está en todas partes, sino porque su forma o su
idea implican el derecho al conjunto de los seres humanos. La comunicación ha
de ser un derecho, no un privilegio.
En clase lo hemos discutido varias veces, y muchos estamos de acuerdo en
que existe y existirá una gran lucha entre los derechos de las personas a
acceder a la cultura y las empresas que quieren seguir siendo las mediadoras
entre la cultura y el individuo y cobrarles por ello. Creo, como ya he dicho en otras ocasiones que
se ha de cambiar el modelo de negocio, que se han de emplear nuevas fórmulas;
los mediadores a penas van a existir, las productoras y distribuidoras
culturales desaparecerán. Pero ante ello queda aún mucho camino y, como ya
hemos especificado en alguna ocasión, una gran lucha económica.
En una novela, Milan Kundera recoge, en una frase, el
sentido de la situación actual: “Hay un vínculo secreto entre la lentitud y la
memoria, entre la velocidad y el olvido… La velocidad ha ido aumentando con el
desarrollo de la tecnología pero nunca hasta ahora el crecimiento había sido
tan rápido. Por ello, en la sociedad informacional hay una ruptura del ritmo y
de los ciclos vitales. Tal y como afirma Castells “el tiempo atemporal se da
cuando las características de un contexto determinado, a saber, el paradigma
informacional y la sociedad-red, provocan una perturbación sistémica en el
orden secuencial de los fenómenos realizados en ese contexto” (1998, p. 499).
Las tecnologías están trayendo consigo un ritmo frenético de creación de
información, si estás metido en Twitter las veinticuatro horas del día serás
consciente de ello. Esto a veces nos crea una especie de angustia ante tanta
información, tanta que apenas es inabarcable; una de las teorías de la atención
nos dice que sólo somas capaces de centrarnos en cinco cosas a lo largo del
día, y otra teoría habla de que para dominar a la perfección una técnica o arte
se necesitan una media de nueve años de aprendizaje… El tiempo, la paciencia y
el estudio metódico están siendo desbancados por la inmediatez, la rapidez, la
necesidad imperante de tenerlo todo y tenerlo ya.
No sé qué nos deparará el futuro, pero lo que es claro es
que necesitamos ser conscientes en nuestro día a día de lo que suponen las
tecnologías, en la manera en que nos relacionamos con ellas, con los demás, con
diferentes entidades y en la manera en que manejamos la información, la nuestra
propia y la de los demás.
La lección más importante es que existe una clara
necesidad de educar dentro, por y para la cibercultura.
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